lunes, 14 de abril de 2008

Informática, Comunicación social y universidad

Dr. Diego Levis - agosto 2006
Vivimos un período de profundas transformaciones sociales, económicas, científicas, tecnológicas y culturales en el cual va quedando atrás un modelo de sociedad construido sobre los valores de la Ilustración y el sistema de producción e intercambio económicos surgidos de la revolución industrial. La informática y otras tecnologías de la información y la comunicación (TIC) cumplen un rol primordial en la configuración del modelo emergente de organización social [1]. El uso de computadoras y de otros dispositivos informáticos atraviesa directa o indirectamente al conjunto de las sociedad afectando actividades tan dispares como la educación, la medicina, la administración pública, la gestión empresarial, la producción industrial, la creación artística, el cine y la televisión, el periodismo, el diseño gráfico e industrial, la investigación científica, la agricultura y las comunicaciones interpersonales, entre otras. Vivimos rodeados de microprocesadores. Desde los relojes de pulsera y otros pequeños aparatos domésticos hasta los más avanzados aviones y sistemas de telecomunicaciones pasando por teléfonos celulares, cajas de supermercado, televisores, equipos musicales y tantos otros aparatos de nuestra vida cotidiana, tienen en su interior componentes informáticos. La presencia de estas tecnologías – de modo análogo a otras que las precedieron - no sólo está transformando el modo en que trabajamos, estudiamos, nos informamos, utilizamos nuestro tiempo libre y nos relacionamos con nuestros semejantes; también están produciendo cambios notables en la percepción del tiempo y el espacio, en nuestra concepción de la naturaleza humana y de la realidad, e incluso en la relación con nuestro propio cuerpo. Desde mediados de la década de 1970 se ha ido construyendo (y propagando) la idea de que la expansión social de la informática y los sistemas de telecomunicaciones revierte en la mejora general del bienestar de las naciones y de las condiciones de vida material de las personas. Suerte de panacea universal que solucionará los grandes problemas que tiene planteados la humanidad. Esta visión hiperbólica de las TIC es promovida principalmente por organismos y foros multilaterales (UNESCO, UIT, BID, OCDE, UE, etc) y por grandes corporaciones empresariales con el apoyo de los gobiernos y de otros actores políticos, y es difundida por los grandes medios de comunicación masiva[2]. Promesas que cuentan con la legitimación que le otorgan autores provenientes del ámbito académico que formulan y defienden tesis en el mismo sentido - no verificadas por los hechos (en las últimas décadas no han dejado de crecer las desigualdades sociales, no sólo en nuestro país). El actual desarrollo y uso de las TIC responde a un determinado modelo social y económico que privilegia la rentabilidad económica de las empresas a través del consumo masivo de bienes y servicios de quienes pueden acceder a ellos, en un marco de creciente control social apoyado en el uso de las mismas tecnologías informáticas. Adoptar posturas neo-luditas de rechazo a las TIC e ignorar la trascendencia de las transformaciones en curso como respuesta a las tendencias actuales en este campo es alejarse del núcleo de la cuestión. Si bien las tecnologías informáticas no tienen propiedades intrínsecas que conduzcan inevitablemente a una mejora en las condiciones de vida del conjunto de la sociedad, el desarrollo de nuevas prácticas sociales, la aparición de nuevas formas de creación y apropiación del conocimiento, los nuevos medios de expresión artística, y otras experiencias que están teniendo lugar gracias al uso social alternativo de computadoras, redes y otros dispositivos informáticos permiten vislumbrar algunas de las posibilidades que ofrecen estas tecnologías, más allá de promesas teñidas de intereses mercantiles . Comprender la dinámica de los procesos impulsados por la omnipresencia de las tecnologías informáticas en nuestras vidas, las propuestas socioculturales que conllevan, las posibilidades comunicacionales y expresivas que ofrecen las TIC, es condición necesaria – aunque no suficiente – para desarrollar un pensamiento crítico que nos permita entender la sociedad en la que vivimos y desenvolvernos en ella. Esto es especialmente importante para quienes trabajamos o aspiramos trabajar en el ámbito de la comunicación social en cualquiera de sus áreas. La informatización de los procesos de producción, almacenamiento y difusión de los productos culturales y de los medios de comunicación interpersonal (correo electrónico, chat, teléfono celular, etc) está transformando no sólo las prácticas profesionales y personales sino también muchos presupuestos teóricos y conceptuales de la comunicación social. Entre las modalidades de comunicación que impulsan estos cambios, podemos destacar:
- Mayor facilidad para la producción, emisión y recepción de mensajes de todo tipo (texto, sonido, imagen fija, audiovisual) - Descenso importante de los costos de producción y de emisión de mensajes - Aparición de nuevas modalidades de comunicación escrita (chat), sincrónicas y asincrónicas (mensajes de texto celular, correo electrónico, weblogs, etc) - Desarrollo de medios de comunicación multimedia e interactiva (web, videojuegos. televisión interactiva, etc.) - Fin del monopolio de los comunicadores profesionales en la emisión de mensajes públicos (lista de correos, foros, weblogs, comunidades virtuales, sitios web, mensajes de texto masivos a través del celular, etc) - Inmediatez y ubicuidad de las comunicaciones. Estos factores establecen la importancia que adquiere para los comunicadores sociales conocer (y pensar) las relaciones que establece la sociedad en su conjunto con los usos de la informática y los cambios que estos usos generan en la prácticas sociales colectivas e individuales, tanto en nuestro país como en el resto del mundo. Más allá de los usos impuestos y la repetición de falsas verdades, la informática será lo que nosotros hagamos de ella. De ahí la importancia de que los estudiantes de Comunicación Social desarrollen un pensamiento crítico acerca del significado, las consecuencias y las posibilidades de la progresiva informatización de la sociedad